Como diría Bernardo, no hase falta disir nada más |
Si viviera Don Santiago Bernabeu y no fuera el honorable señor que le da nombre al estadio del Real Madrid
sino un socio madridista de los que van al campo día sí y día también,
estoy completamente convencido de que sería de ese grupo que los
miembros "honorables" de la prensa llaman "yihad". Y si ya tuviera twitter además, sería uno de los "cabecillas de dicha yihad". El que escribe no vivió la época del mandato de Bernabeu,
de hecho mis padres eran prepúberes en aquel tiempo, pero he oído
hablar a madridistas de más edad y lo que me cuentan no suena muy
halagüeño para los cofrades de la prensa "madrileña y madridista" que
van repartiendo carnés de buen o mal madridismo a su libre albedrío y
sin más razón que la que sus santos bemoles dictan. Lo bueno de la tuiter
es que ha democratizado la opinión, sinceramente no siempre para bien,
que hay tontos en todos los sitios, y en esa red social abundan, pero a
los periodistas que pontificaban, se les ha acabado el chollo. Porque
hay gente entre el pueblo, que no tiene voz y Twitter ha permitido
responder a esa otra gente que se cree que lo sabe todo, y que en
realidad sabe lo mismo, y en la mayoría de las ocasiones mucho menos,
que los seguidores de infatería, que se chupan muchas horas de fútbol (de todos los países) sólo por disfrute personal y no por obligación. Porque un gran mal de este país y de su
periodismo deportivo en particular, es que muchas veces se habla
queriendo profetizar y al final te la tienes que comer con patatas, a mi
mismo me ha pasado aquí, y no me duele reconocerlo, no soy tan
soberbio. Y además lo hacen "en nombre del/en favor del madridismo",
como si tuvieran una cátedra en madridismo (lo más gracioso es que muchos de
ellos son antimadridistas declarados) sobre la que sentar sus gordas
posaderas, otorgada por no sé qué universidad de chichinabo. Como Twitter es así, mientras escribo esto (se está jugando
el Arsenal-Chelsea, que estoy viendo a saltos) en la red se está "sacando a la luz" otro
caso de 'iluminación divina' (ver la primera foto). Lo que demuestra,
una vez más, es que listillos hay en todos los campos. ¿Cuántas veces
habría visto Romero jugar a Modric en Inglaterra? No lo
sé, pero a juzgar por su escrito las mismas, aproximadamente, que yo he
ido a Sri Lanka, que están entre una o ninguna. Pero como hay que
opinar, opinemos, luego ya si eso, se la envaina uno. Y ahora el bueno
de Romero ya no sólo habla bien del croata, sino que si fuera
menester le haría una felación (real o imaginaria). Este es sólo un
pequeño ejemplo de entre los muchos que hay y que me ha venido de perlas
para ilustrar el argumento en tiempo real (para vosotros será en
diferido). Este ejemplo, además ilustra otro cliché de nuestro rancio periodismo deportivo: la xenofobia futbolística. Es muy sencillo de entender y tiene dos axiomas. 1º Sólo se puede jugar al fútbol como la Selección Española o como el Barça, lo demás, es petanca. 2º No hay jugador mejor que el español Campeón del Europa y del Mundo y de Europa y así hasta el infinito. Esta regla tiene una excepción: Álvaro Arbeloa, por lo demás cualquier jugador por el que se interese el Real Madrid tiene un 'clon' en la Selección que es mejor y más barato, por ejemplo Modric vs. Cazorla, un, dos, tres, responda otra vez.... Esta xenofobia afecta a uno de los pilares del Real Madrid: su universalidad. Que significa exactamente eso, que en el Madrid han de estar representados todos, por jugadores de todos los países posibles. Por supuesto han de estar, siempre en la medida de lo posible, los mejores españoles, pero también los mejores franceses, portugueses, turcos, argentinos, brasileños y, si se diera el caso, los mejores klingons y wookies.
Esta "gran revolución" en el madridismo tuvo una espoleta: José Mourinho.
No es que antes no hubiera madridistas "rebeldes", pero estaban
latentes. No tenían voz o si la tenían, se escuchaba tan solo como un
eco de ultratumba, en blogs más o menos perdidos de la mano de Dios. La
oportunidad que Twitter les/nos ha dado es la de interpelar directamente
a los susodichos y en ocasiones hasta de dejarlos en ridículo,
utilizando algunas veces (las mejores) sus propias palabras. Eso hasta
que te bloquean, claro, que ellos dar cera sí, pero de recibirla, nanai. Cierto que a Mourinho,
en ocasiones, le fallaron las formas, pero no dijo otra cosa que lo que
muchos madridistas pensaban, pero por no importunar, se callaban. Falso
señorío. No van a pitar menos al Madrid en El Sadar o en Mestalla porque no lo digas. En esta España de mierda en la que mola ser progre
porque sí, porque mola y punto, (se es progre, como se puede ser gótico,
autónomo o filólogo), en cuanto hay alguien que gusta de la disciplina o
del buen orden se le aplican las palabras mágicas: "Es un facha", en
sus diferentes versiones: nazi, franquista, ultra, yihad y similares. A la
prensa de este país le ha ido muy bien en esa burra durante años, y los
presidentes madridistas (Florentino no es excepción) han
sucumbido a la presión, no fueran a lanzar pestes contra ellos, tal era
el poder que tenían en el Club. El Madrid en su inmensidad se
convierte en el caldo de cultivo perfecto para advenedizos y adláteres
de dudosa procedencia que quieren hacer del Club más grande del Mundo su
particular cortijo privado, en el que puedan hacer y deshacer a su
antojo y en el que endiosan a futbolistas, a veces por motivos ajenos al
RM, que tienen que jugar sí o sí por los servicios prestados (o
porque ellos lo digan), aunque ese rendimiento no se haya brindado al
Club que religiosamente les paga (y bien, además) o esas prestaciones
hayan sido proporcionadas, directamente, a los propios aspirantes a
señoritos. Luego, cuando llega un capataz que no les ríe las gracias
lloriquean como niños a los que les ha sido arrebatado su juguete
preferido y, como represalia, se dedican a desprestigiarle e insultarle
llegando incluso a meterse en la vida personal del afectado (incluyendo
hijos y consortes) con el consiguiente envilecimiento de la situación
que ello supone. Eso en el mejor de los casos, en el peor, se miente y
se inventan noticias, no vaya a ser que la realidad te joda una buena
nueva. Para un hombre del calibre de Mourinho lo anterior es pecata minuta, pero si el complot viene desde dentro, la cosa cambia. Si algo ha hecho mal Florentino
durante su segunda etapa como Presidente es ceder al chantaje planteado
por jugadores de su plantilla. Pero no jugadores cualquiera, no. Los
Capitanes, los que se supone deben dar ejemplo de comportamiento al
resto de la plantilla han encabezado un motín que ha acabado con los
huesos de Mourinho en el Chelsea, gracias, en parte
también, a cierta connivencia presidencial que no tuvo los huevos de
respaldar a un entrenador en el que él creía por miedo al qué dirán. Si Florentino quiere, Mourinho se queda y eso lo saben hasta en las Antillas Holandesas. Siempre ha habido jugadores con "poder" en el vestuario del Madrid (Hierro y Raúl
son ejemplos cercanos) pero tenían cierta decencia: eran profesionales
como la copa de un pino. Por eso a muchos madridistas les jode tanto que
uno de los pocos entrenadores que ha podido conseguir (al menos lo ha
intentado) que el Real Madrid dejara de ser la casa de putas a la
que nos tiene acostumbrados de un tiempo a esta parte para ser un club
responsable y con buena organización esté ahora lejos de Chamartín. Pero
claro, como son muy madridistas... (los capitanes, léase con tonito).
¿Madridistas? Los cojones. A mi no me hace falta que los jugadores del Madrid
sean madridistas, lo que quiero es que sean profesionales y se partan
el pecho por el escudo que lucen, lo sientan o no. Que se comprometan
con su entrenador, sea este el que fuere y que además, dediquen su vida
por y para el fútbol, aunque ello va implícito en ser profesional, pero
lo aclaro para que no haya dudas. Por eso gran parte de la "yihad " tiene como ídolos a jugadores como Arbeloa, Xabi Alonso, Diego López o Khedira.
Jugadores cumplidores, que no dicen una palabra más alta que otra, pero
que están siempre ahí y que miran por el equipo, anteponiéndolo a sus
intereses personales, que no protestan cuando son suplentes y lo asumen como algo normal, que van a entrenamientos voluntarios en sus días
libres, que tienen hijos, esposas o novias y son buenos padres, maridos o novios sin necesidad de que su rendimiento deportivo se vea afectado por tal razón y que asumen sus errores y hacen todo lo posible por corregirlos
(para ilustrarlo, la segunda foto) y a los que se defiende porque son menos mediáticos, tienen menos amigos que les apoyen o acaparan menos portadas. A muchos de ellos este madridismo les ha nombrado capitanes por derecho propio, porque creen que representan mejor al Club que cualquiera de los capitanes de facto. Este tipo de madridista tiene opinión, hay cosas que le gustan más y le gustan menos de su equipo pero respeta las decisiones que toma su entrenador aunque parezcan equivocadas y apoya a su equipo, no montan campañas, más que nada porque no tienen el poder suficiente
para contrarrestar la maquinaria mediática que se les puede echar encima (tampoco tienen un altavoz suficientemente potente), son guerrilleros con Ak-47 y piedras que quieren que su voz, aunque mínimamente, sea escuchada, en contra del ruido de los tanques mediáticos. Son los propios oficialistas, los que ninguneándolos hacen que la bola de nieve crezca y cada vez se sumen más madridistas "a la causa", somos más de los que ellos creen. Si hay algo que criticar, se hace, se opina y se debate, sabiendo, que por encima de jugadores, técnicos o presidentes está sólo una cosa, el Real Madrid. A mayores está el hecho de que, en
algunos casos, esos jugadores son denostados por la prensa, lo que da a todo esto un
atractivo como de 'Resistencia' frente a lo establecido y/o polítcamente
correcto, como las adolescentes de familias 'bien' que salen con moteros malotes en las pelis yankis. Muchos de estos madridistas no desean la vuelta de Mourinho,
a muchos otros, yo me incluyo, no les gustaba mucho su fútbol, aunque
en su segunda temporada hubo momentos de orgía futbolística,
lo que quieren es un hombre de orden en el banquillo, alguien que no se
doblegue, que sea el jefe y lo demuestre, alguien, en definitiva, que
tenga los cojones (o como se diga) más grandes que todos los futbolistas
juntos. Que no le duelan prendas en sentar a vacas sagradas o vacas no tan sagradas si
su estado de forma es lamentable, o si han ido a entrenar en malas
condiciones o si le han llevado la contraria en lo que al desayuno se
refiere. Un hombre con mando en plaza, mano dura y que no se deje
ningunear por una pléyade de estrellas caprichosas y malcriadas con
sueldos de 6 ó 7 ceros, todo ello con el favor y el apoyo inquebrantable
del que se siente en la silla más grande de la planta noble. Pero hay
pocos de esos hombres, y tranquilos, nuestros amigos de la prensa ya se
encargarán de que el Real Madrid sea demasiado para ellos. Don Santiago, por favor, resucite y ponga orden, que esto es un despelote. Un saludo y Morry Crismas.
Pasadlo bien y disfrutad del juego.
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