lunes, 3 de septiembre de 2012

Secuelas

secuela.
1. f. Consecuencia o resulta de algo.
2. f. Trastorno o lesión que queda tras la curación de una enfermedad o un traumatismo, y que es consecuencia de ellos.

Toda acción (o inacción) suele tener sus secuelas. Unas son banales, si, por ejemplo, aparco en Carga y Descarga, seguramente luego venga Paco con las rebajas, y otras pueden tener consecuencias más graves, si no miro a los dos lados al cruzar, puede que me pille un coche. Ninguna de las dos cosas tienen que pasar, pero en el supuesto de que ocurrieran, el resultado sería justo efecto de la primera acción. El fútbol, como la vida,  no es ajeno a las consecuencias y la derrota en Girona está comenzando a tener las suyas.

Y todos ya sabemos contra quien se cargan las tintas cuando el equipo no rinde. Exacto, el entrenador. No voy a ser yo quien culpe al entrenador por la derrota en tierras catalanas, fruto más que de otra cosa de la mala suerte y de un juez de línea que tiene que ir con urgencia a Afflelou a que le revisen la vista, pero muchos ya lo están haciendo, y en ciertos planteamientos no están carentes de razón. He leído ya varios comentarios sobre la mala gestión de la plantilla que está haciendo Claudio, y como en España todos tenemos dentro un entrenador, han empezado los tambores de guerra. Todo es opinable, pero sí es cierto que hay cosas que chirrían.

Las quejas de muchos aficionados ni siquiera esperaron al día siguiente sino que empezaron horas después de la derrota. En Twitter Máyor y un aficionado tuvieron, más que una discusión, un cruce de opiniones sobre el rendimiento del delantero de Aspe. Ya dije que todo es opinable y el aficionado tiene razón en algunos de sus argumentos. Por ejemplo, es cierto que el apoyo de la grada a Máyor, aun siendo mayoritario, no es total y tiene muchos detractores (en mi zona podría decirse que todos menos yo). Es cierto que su entrega nadie la pone en duda, y que como dice el seguidor blanquiazul de este caso concreto, Máyor no ha cumplido con las expectativas goleadoras que se esperaban de él, eso lo tengo que reconocer hasta yo, que soy uno de sus defensores. Pero también es cierto que el trabajo y la brega del alicantino pocos jugadores la ponen sobre el campo, y eso también es importante y además alguien lo tiene que hacer. Si ese trabajo hubiera estado respaldado con goles, Máyor sería Dios en El Toralín, pero la fortuna le ha dado la espalda en el aspecto goleador. Cierto es también que a pesar de llevar pocos goles (15 en 2 temporadas), la pasada campaña, en la que marcó 12 tantos, la mayoría de ellos sumaron valiosos puntos para la Ponferradina, como ya comenté aquí en una ocasión la temporada pasada. Si no me falla la memoria fueron sobre 17 ó 18 puntos los que dieron sus goles, sin los cuales el equipo no hubiera llegado a los Play-Offs ni de lejos, y eso está en el haber del alicantino. 



Pero más que críticas a los jugadores, de cuya entrega nadie duda, los reproches caen en su mayoría sobre el entrenador. En los aficionados más animosos el apoyo es total, pero entre el aficionado medio Claudio siempre ha tenido escaso apoyo. Algunas de las críticas se centran en el juego del equipo. A pesar de la temporada pasada el equipo cuajó rachas muy buenas (algunas incluso de récord), nunca se terminó de ver un juego del todo fluído y consistente. Mucha gente no sabe a qué juega el equipo y esa culpa recae en el entrenador que si bien ha formó un grupo competitivo y que nunca da por perdido un partido, al aficionado eso no le basta. El pueblo quiere ver buen juego, y si es apoyado por buenos resultados, tanto mejor. Es una quimera, pero no parece tan difícil a tenor de lo que demuestran equipos "pequeños" de Primera como Valladolid, Rayo o Betis que hacen un juego vistoso y muchas veces preciosista plantándole cara a equipos de más potencial con un estilo claro y definido. Pero donde más se están centrando los reproches en este inicio de temporada es en la utilización que está haciendo el técnico de los fichajes, jugadores que han venido y que en su mayoría son contrastados pero que no gozan de oportunidades en detrimento de jugadores de "Segunda B". Empezando por la portería. A todas luces parece que Santamaría será guardameta titular cuando se recupere (y eso está por ver), pero la confianza del técnico en Orlando escama a muchos aficionados. Bien es cierto que Leandro en el debut encajó 4 goles, pero salvo el último, poco pudo hacer en los demás. Orlando mantuvo su portal a cero en el partido contra el Alcorcón y parece justo el premio de seguir siendo titular en el siguiente partido por su buena actuación, que también tuvo en Girona. No digo que no pudiera haber hecho algo más en el gol, aunque le hicieran falta, pudo haber salido a por el balón algo antes, pero el resto del partido estuvo bien. Pero el canario es un portero irregular y lo mismo te hace un partidazo que 7 cantadas seguidas y el día que eso pase en El Toralín la pitada puede ser de aúpa. Tampoco se entiende la suplencia de Robusté, un central fuerte y corpulento, con experiencia en Segunda y que todavía no ha disputado ni un solo minuto. En su defecto se opta por Carlos Ruiz, un mediocentro reconvertido a central, que no lo está haciendo mal, pero su presencia le quita el puesto a un fichaje de "campanillas". En el centro del campo nadie discute la titularidad de Jony, que en 5 años en la plantilla casi nadie le recuerda malos partidos. Aunque algunos prefieren la presencia de Isaías en la medular lo cierto es que el sevillano ha comenzado la temporada como un avión y ahora mismo nadie le discute el puesto. De medio campo hacia adelante nadie duda tampoco de que Acorán sea titular, aunque el canario no esté en su mejor estado de forma, pero en el partido del Alcorcón apareció 2 veces y fueron justamente las jugadas de los goles. Pero en los otros puestos ya hay más discrepancias. Sorprende la no convocatoria de Lafuente en los dos últimos partidos, un jugador que encandiló en pretemporada y que la afición está deseando ver, a pesar de su mal partido en Elche, el jugador cuenta con el beneplácito de la grada. Y luego está los casos de Mateo o Fofo. Es cierto que su inclusión conllevaría un cambio de sistema, del 4-4-2 (o 4-4-1-1) actual a un 4-2-3-1, pero muchos aficionados creen que sin Isaías en el campo y con Juande aun sin estar al 100% el equipo necesita a alguien que surta de balones arriba. Esta función correspondería o bien al gallego o bien al ibicenco, jugadores con una visión de juego superior a la del resto del equipo y que además tienen gol. Todavía no han debutado este año, de hecho, la de Girona fue la primera convocatoria para ambos. pero el caso que más cabrea al pueblo es el de Urko Vera. El vasco ha sido el fichaje que mejor ha recibido la grada de El Toralín este año. En su primer partido de pretemporada salió y marcó y lo mismo pasó en el encuentro ante el Alcorcón y Girona (aunque esta última vez fue fuera de juego). Es un 9 puro, un fijador de defensas que permitiría a los extremos pequeños hacer diabluras, pero "el Martillo" todavía no ha sido de la partida en ninguno de los tres encuentros disputados, aunque participó en los tres. Su entrada dejaría fuera a Máyor o Yuri, pero la gente lo que realmente quiere es la permanencia y sabe que ésta se consigue con goles, y Urko tiene goles a paladas. 

La afición reclamará su cabeza si no se consiguen victorias pronto
Pero a pesar de todas estas reivindicaciones que se le hacen al entrenador, sigue Claudio "sin hacer caso" al pueblo. En mi opinión los jugadores todavía no están al 100% y el entrenador pone a los que están en mejor forma, unido a que según explicó el técnico la mayoría tienen molestias físicas debido al mal estado del Colomán y esa puede ser una de las razones de tanta ausencia entre los nuevos. La verdad es que el único que sabe bien como está el equipo es Claudio y si él opta por los jugadores que opta, será porque los otros no están igual de bien. De todas formas es la tercera jornada y me parece algo pronto para hacer sonar las alarmas, pero esta afición es impaciente y si no se empiezan a conseguir pronto buenos resultados la Espada de Damocles penderá sobre la cabeza de Claudio más pronto que tarde. Lo peor para el entrenador es el calendario que tiene por delante: Villarreal (en casa), Barça B (fuera), Almería (en casa) y Castilla (fuera). El equipo deberá sumar algo en esas 4 jornadas, como mínimo 6 puntos, porque si no en el partido siguiente en casa contra el Sabadell puede haber concierto de viento y gritos de ¡Claudio Dimisión!. Y si no, al tiempo.

Un saludo. Pasadlo bien y disfrutad del juego.

1 comentario:

Tabuyo Alonso dijo...

Una gran reseña en la que te doy toda la razón. El primero en caer siempre es el entrenador, tenga o no culpa.
Espero que mejore vuestra racha.

Saludos.