lunes, 3 de marzo de 2014

Punto dulce, sensaciones amargas

Empató a 1 ayer la Deportiva en un partido en el que el Mirandés mereció algo más que un punto y que si no lo sacó es porque tienen menos gol que la Deportiva, que ya es decir, por algo van penúltimos.

Santamaría despeja a córner un disparo del Mirandés.
Es el Mirandés, y que me perdonen sus seguidores (o si no, que no lo hagan, que me la trae al pairo) uno de los equipos más vulgares de la Segunda división, posiblemente junto a la Deportiva, que últimamente no le va a la zaga en vulgaridad, y con todo y con eso los burgaleses dominaron un partido que la Ponferradina debió haber ganado y que se dejó empatar haciendo lo que mejor sabe hacer, cagarla en los momentos decisivos. Es difícil jugar un partido peor que el que hizo ayer la Deportiva, que ante los equipos de abajo se encoje como un pene en agua helada. Ya pasó con Tenerife y Alcorcón cuando visitaron El Toralín. Dos equipos que no hicieron nada del otro mundo y que se llevaron los tres puntos. Ayer pudo suceder. Del buen juego de inicio de temporada que nos permitió volver a soñar con otra machada no queda nada. Tengo asumido, porque si no sería gilipollas, que somos cola de león, pero una cosa es eso y otra es no pegarle una patada a un bote. Sé que este inicio puede parecer 'hater', pero si los propios aficionados no somos críticos, nadie lo va a ser por nosotros. Yo no abogo por el cambio de entrenador, creo que Claudio podrá darle la vuelta a la situación, y si no, tienes que morir con el proyecto, pero lo que tengo por seguro es que a partir de ahora el run-run en la grada va a ser contínuo, y al primer traspié, se va a pedir la afeitada cabeza del míster. La culpa no la tiene él, al menos no del todo. Algunas responsabilidades hay que pedirlas más arriba. Lo que debemos hacer ahora los aficionados que vamos al estadio es animar al equipo y empujarle. No sé si recordaréis la temporada del primer ascenso, pero yo sí. El Toralín era una olla a presión que bullía a cada momento. Daba igual el juego. Los jugadores se sentían empujados y gran parte de los puntos de aquella temporada se debieron al empuje de una grada que llevaba a su equipo en volandas. Eso se ha perdido y deberíamos mirarnos al espejo y reflexionar sobre los porqués del aburguesamiento de la afición. No somos capaces ni de meter a los abonados en el campo, por el amor de Dios. Es que si hay 5.000 socios, más o menos, de media fallan de 1.000 a 1.500 en cada partido. Cierto que la afición no juega, pero debe arropar a su equipo y debemos ser conscientes de que sin nosotros apoyando el equipo está cojo y huérfano. Ni nos van a regalar nada, ni nos va a apoyar nadie, salvo nosotros. Porque no somos nadie. Ni Federación, ni estamentos arbitrales, ni Liga de Fútbol Profesional, ni Mari Trini, la furcia de la esquina, nos van a dar nada. Es más, nos van a pasar por la piedra sin menor vacilación a la primera oportunidad.

Yuri celebrando el gol con sus compañeros.
Sobre el partido, al menos en su primera parte poco que comentar. Sólo que Pablo Infante se folló a cada defensa que se le puso delante salvo a Robusté, que aunque le venció en velocidad, no se fue de él ni una miserable vez en el uno contra uno. No podrán decir lo mismo sus compañeros. Le sacaron una amarilla injusta por, supuestamente trabarle, cuando era Bellvís el que había empujado al '14' rojillo. Por esa amarilla, o quizá por otra circunstancia Claudio dejó al catalán en la caseta en el inicio de la segunda mitad y la defensa se convirtió en una verbena. Los delanteros mirandesistas entraron por donde les dio la gana y cuando les dio la gana sin que nada ni nadie pudiera impedírselo. Tuvieron los visitantes varias ocasiones claras en la primera parte que no acabaron en gol sólo porque Dios no lo quiso, porque la defensa no puso mucho de su parte para evitarlo, sobre todo en los centros laterales, que se comieron 3 de cada 2. Mientras tanto en ataque el equipo siguió, como en los últimos partidos, sin ideas. Era llegar a la frontal y quedarse estancados. No hay nadie que tire o que intente algo distinto y cuando hay algo de eso, rara vez sale. Eso sí, la más clara de la primera parte fue nuestra. Un blando despeje de los visitantes a la salida de un córner y Rueda desde la frontal le pega seco y el balón se lo saca un defensa en la línea de gol con el portero batido. Pero fue una gota aislada en el océano del dominio burgalés, que movía el balón como quería mientras nosotros nos dedicábamos a intentar jugar en largo, sin conseguir enlazar dos pases seguidos la mayoría de ocasiones. Nada más salir de la caseta, Infante se cascó un jugadón en el que dejó tirados a tres tíos y por suerte su disparo se fue a 'casadiós' tras pegar en el poste. Ya había hecho una jugada similar en la primera parte y en esa ocasión había optado por el pase atrás, pero no encontró rematador. Y como suele pasar en todos los partidos, sobre el minuto 10 de la segunda parte el equipo despertó. Primero avisó Javi Lara con un trallazo que el cancerbero envió a la esquina. Poco después sería Acorán el que hacía intervenir a Prieto con un disparo desde la frontal que el arquero volvió a enviar a la esquina, esta vez con la cara tras un mal bote del balón. Pero a pesar de la mejoría, el Mirandés siguió llegando con facilidad, quizá no creando mucho peligro, pero sí merodeaba el área de Santamaría con una facilidad asombrosa. También ayudó la defensa que en un balón que nadie acierta a despejar dejaron muerto en el centro del área y Mújika la envió rozando el palo cuando su compañero ya celebraba el gol. Poco después se adelantaría la Deportiva. Jugada que inicia Carpio con Acorán y el tinerfeño que le mete un exquisito pase al desmarque a Yuri que colándose entre los centrales definió con igual exquisitez que llevaba el pase que había recibido. Era el momento de cerrar el partido. De tener el balón y de jugar con criterio, pero no. Tuvimos un par más de ocasiones para ampliar la ventaja. Primero con un disparo cruzado de Acorán que desviaron levemente a córner y en ese saque de esquina un remate de Aguilar en el que Prieto mete una mano salvadora que impidió el tanto que ya se cantaba. Pero alguien decidó que había que hacer el manguelo para que nos empataran y claro, pues nos empataron. Además en la jugada más tonta que pueda haber visto en mi vida. Un despeje largo del Mirandés, dos defensas cubriendo la zona y un delantero que va a presionar. Pues en vez de pegar un melonazo, como llevaban haciendo todo el puto partido, van y se la dejan quitar por el delantero, que le sale el rebote largo y hace a Santamaría ceder un córner. En ese córner el balón se pasea sin encontrar, incomprensiblemente, un rematador y se despeja de nuevo a córner. Y en el córner llega el gol. Un córner peinado en el primer palo que le llega a Mújika, que puede, y sólo puede, que la controle con la mano, no hay imagen clara, aunque hay que decirlo todo lleva a Jonathan colgado como si fuera una mochila, que remacha en la línea de gol  y pone las tablas. Y a falta de diez minutos la Deportiva no sólo no pudo ganar, sino que pudo perder. Porque el Mirandés tuvo otra ocasión clara tras un pase horizontal que nos robaron en la frontal, hay que ser gilipollas para dar ese pase cuando te están presionando a toda la línea defensiva, pero por suerte el disparo se fue a las nubes, porque se estaba cociendo una pitada de tres pares. Si se quiere mirar el lado positivo el punto ganado nos deja fuera del descenso, de momento, pero si las cosas no cambian, pronto estaremos ahí metidos, y lo que es peor, en una mala dinámica difícil de mejorar.

Lo que más me gustó:
  • El gol. Y es de lo poco que me gustó, pero el gol que metimos destiló clase por los 4 costados. Excelente el pase y excelente la definición.
  • El jugador del partido: No hay dudas al respecto, Pablo Infante. Él solito nos montó un taco increíble y menos mal que en el 60 se fundió y Terrazas lo quitó, porque si no, no sé yo qué hubiera pasado.
Lo que menos me gustó:
  • La endeblez defensiva. Ayer nos violaron a la defensa todo lo que quisieron y algo más, y eso que era el Mirandés, si nos coge un equipo con algo más salimos madres de trillizos.
  • Las sensaciones. El equipo lo intenta, pero las sensaciones no son buenas. Da la impresión de que no tenemos gol, que nos cuesta un mundo hacer ocasiones y que no somos capaces de dominar. Si pones este partido y lo comparas con el de Alicante hace 7 días parecen dos equipos muy distintos. Hay mucha presión en El Toralín, se requiere ganar y además jugando bonito, como si fuéramos el Bayern. Hay que relajar la tensión y para ello no hay nada como una victoria.
  • La falta de oficio en los tramos finales. Muchos puntos se nos han escapado esta temporada en los últimos minutos. No siempre ha sido demérito del equipo, en Gijón estuvimos perfectos en ese aspecto, aunque nos empataran, pero ayer, si hay una jugada en la que tienes que ser contundente y no arriesgar es en la que precede a los dos córners que originan el gol y ahí el equipo estuvo pésimo. Además los córners se defendieron mal no, rematadamente mal. Los dos.
Hoy no hay moviola, aunque hay un posible penalti en la primera parte a Yuri en el que le sacaron amarilla y un fuera de juego dudoso cuando encaraba a Prieto en la segunda, no hay imágenes para hacer análisis. Ahora como siempre los resúmenes y las crónicas etc..






Con este punto la Deportiva se sitúa en 16ª posición separada tan solo por un punto de la zona de descenso. El próximo partido de la Ponferradina será el próximo domingo 9 de marzo frente al Barça "B" en el Mini Estadi. El encuentro será televisado por Esport 3, la TVG2 y en el canal de la LFP, LaLiga.TV. Un saludo.

Pasadlo bien y disfrutad del juego.

1 comentario:

jairo F.Quindós dijo...

Esta ponfe me empieza a preocupar como no sumemos victorias pronto nos veremos en el taco